jueves, 6 de enero de 2011

Hebreos 10; Hebreos 11

Hebreos 10
1 La Ley, teniendo la sombra[a] de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.

2 De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado.

3 Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados,

4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.

5 Por lo cual, entrando en el mundo dice:
«Sacrificio y ofrenda no quisiste,
mas me diste un cuerpo.[b]


6 Holocaustos y expiaciones por el pecadono te agradaron.


7 Entonces dije: "He aquí, vengo, Dios,
para hacer tu voluntad,
como en el rollo del libroestá escrito de mí"».[c]

8 Diciendo primero: «Sacrificio y ofrenda, holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron» --cosas que se ofrecen según la Ley--,

9 y diciendo luego: «He aquí, vengo, Dios, para hacer tu voluntad»,[d] quita lo primero para establecer esto último.

10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.

11 Ciertamente, todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados.[e]

12 Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado[f] a la diestra de Dios.

13 Allí estará esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies.[g]

14 Y así, con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.

15 El Espíritu Santo nos atestigua lo mismo, porque después de haber dicho:


16 «Este es el pacto que haré con ellos
después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en sus corazones,
y en sus mentes las escribiré»,

17 añade:
«Y nunca más me acordaréde sus pecados y transgresiones»,[h]

18 pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado.


3. FE Y FORTALEZA EN EL SUFRIMIENTO (10.19--12.29)
Exhortación a la fidelidad
19 [i] Así que, hermanos, tenemos libertad[j] para entrar en el Lugar santísimo por la sangre de Jesucristo,[k]

20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo,[l] esto es, de su carne.[m]

21 También tenemos un gran sacerdote sobre la casa de Dios.[n]

22 Acerquémonos, pues, con corazón sincero, en plena certidumbre de fe,[o] purificados los corazones de mala conciencia y lavados los cuerpos con agua pura.[p]

23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.

24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras,

25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día[q] se acerca.


Advertencia al que peca deliberadamente
26 Si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados,

27 sino una horrenda expectación de juicio y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.[r]

28 El que viola la Ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente.[s]

29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisotee al Hijo de Dios, y tenga por inmunda la sangre del pacto[t] en la cual fue santificado y ofenda al Espíritu de gracia?

30 Pues conocemos al que dijo: «Mía es la venganza, yo daré el pago» --dice el Señor--. Y otra vez: «El Señor juzgará a su pueblo».[u]

31 ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!

32 Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis un fuerte y doloroso combate;

33 por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo, y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante:

34 porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos.[v]

35 No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene una gran recompensa,

36 pues os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.


37 «Porque aún un poco
y el que ha de venir vendrá, y no tardará.


38 Mas el justo vivirá por fe;
pero si retrocede,no agradará a mi alma».[w] m

39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.



Hebreos 11


La fe


1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.[a]

2 Por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.

3 Por la fe comprendemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios,[b] de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.[c]

5 Por la fe Enoc fue traspuesto[d] para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuera traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.[e]

6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que recompensa a los que lo buscan.

7 Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvaría;[f] y por esa fe condenó al mundo y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.

8 Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.[g]

9 Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena,[h] habitando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa,[i]

10 porque esperaba la ciudad[j] que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.

11 Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad,[k] porque creyó que era fiel quien lo había prometido.

12 Por lo cual también, de uno, y ese ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, como la arena innumerable que está a la orilla del mar.[l]

13 En la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, creyéndolo y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.[m]

14 Los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria,

15 pues si hubieran estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver.

16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial;[n] por lo cual Dios no se averg@uenza de llamarse Dios de ellos, porque les ha preparado una ciudad.[o]

17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac: el que había recibido las promesas, ofrecía su unigénito,[p]

18 habiéndosele dicho: «En Isaac te será llamada descendencia»,[q]

19 porque pensaba que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también lo volvió a recibir.[r]

20 Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras.[s]

21 Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José y adoró apoyado sobre el extremo de su bastón.[t]

22 Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel y dio mandamiento acerca de sus huesos.[u]

23 Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses, porque lo vieron niño hermoso y no temieron el decreto del rey.[v]

24 Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija del faraón,[w]

25 prefiriendo ser maltratado con el pueblo de Dios, antes que gozar de los deleites temporales del pecado,

26 teniendo por mayores riquezas el oprobio de Cristo[x] que los tesoros de los egipcios, porque tenía puesta la mirada en la recompensa.

27 Por la fe dejó a Egipto,[y] no temiendo la ira del rey, porque se sostuvo como viendo al Invisible.

28 Por la fe celebró la Pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocara a ellos.[z]

29 Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados.[aa]

30 Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días.[ab]

31 Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, porque recibió a los espías en paz.[ac]

32 ¿Y qué más digo? El tiempo me faltaría para hablar de Gedeón,[ad] de Barac,[ae] de Sansón,[af] de Jefté,[ag] de David,[ah] así como de Samuel[ai] y de los profetas.

33 Todos ellos, por fe, conquistaron reinos, hicieron justicia,[aj] alcanzaron promesas, taparon bocas de leones,[ak]

34 apagaron fuegos impetuosos,[al] evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros.

35 Hubo mujeres que recobraron con vida a sus muertos;[am] pero otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección.[an]

36 Otros experimentaron oprobios, azotes[ao] y, a más de esto, prisiones y cárceles.[ap]

37 Fueron apedreados,[aq] aserrados,[ar] puestos a prueba, muertos a filo de espada.[as] Anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados.

38 Estos hombres, de los cuales el mundo no era digno, anduvieron errantes por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.[at]

39 Pero ninguno de ellos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, recibió lo prometido,

40 porque Dios tenía reservado algo mejor[au] para nosotros, para que no fueran ellos perfeccionados aparte de nosotros.